lunes, 5 de noviembre de 2012

Poco ruido y muchas nueces


Mucho se ha opinado respecto a los eliminadores de ruido fotográfico.

La primera dificultad es definir la palabra "ruido". En fotografía definimos como tal a todo elemento perturbador , que no forma parte de la imagen, originado por el propio sistema de captación.

Programas,  filtros y plugins hay muchos. El problema de su uso siempre es que esta definición de ruido, que tiene una componente subjetiva tambien, es muy complicada de calcular.

Sin embargo, con un correcto algoritmo, es muy posible conseguir resultados notables. Según programas, la determinación de "qué es ruido en esta imagen" ya es un primer paso: el software intentará determinar a partir de un patrón de ruido, que parte de la imagen es "imagen" y que parte no lo es.

Algunos algorimos (el del programa neatimage: http://www.neatimage.com/ entre ellos) son capaces de trabajar con perfiles por cámaras, y todavía mejor: "tu" sensor en concreto. La teoría no es complicada: si hacemos una foto sin información (a oscuras por ejemplo) con los parámetros de Iso, velocidad y obturación, podemos usar esa imagen como el "patrón de ruido" del sensor con esos parámetros(*)



Como podeis ver en la imagen, los resultados son agradables y cumplen su cometido: que la imagen general se vea "agradable".

En manos del fotógrafo queda que el uso de este software sea lo más transparente posible.

Ese es el "éxito".

(*) Realmente, ese es el sistema utilizado por el algoritmo de supresión de ruido de la cámara, menos eficiente porque está determinado por la velocidad del procesador de la misma y la necesidad de una mayor inmediatez en conseguir la imagen.


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